Llevo unos días sin escribir porque he empezado a trabajar de camarera los fines de semana y lo único que sueño es que sirvo bebidas y pongo los vasos a lavar y es super aburrido y bueno ayer también soñé algo extraño de una fiesta en la que regalaban berenjenas y algo que era como si estuviera viendo una película y yo ni si quiera salía, de esto ya haré otra entrada.
Anoche soñé que estaba en un parking de caravanas con un grupo de tres o cuatro personas, entre ellas Michelle, mi mejor amiga. Como éramos tan pocos, habíamos limpiado de zombies lo justo para poder instalarnos en una caravana. Fuimos a buscar comida y armas y nos encontramos con un grupo de personas bastante grande, como no tenían un campamento y llevaban armas, les invitábamos a venir con nosotros para que nos ayudaran a limpiar el parking de caravanas y poder instalarnos y que viniera más gente. Pretendíamos entrar sin que nos vieran, el plan era que fueran un par de personas delante, unas pocas más detrás y así, pero yo no tenía ningún arma, así que un chico de corta edad me prestaba una pistola que tenía como un tubo de metal curvo y lo quitaba y miraba el orificio de salida y resultó ser una pistola de balines, como ir a un tiroteo con un palo. Otra chica con el pelo corto me enseñaba su revolver, lo disparé sin obtener resultado y le decía "está guapo, no dispara, como no se lo tires a la cabeza..." y me contestaba "ah no, tengo más balas en la bota" toda alegre. Empecé a percatarme de la incompetencia de nuestros nuevos compañeros. Avanzaban hacia el parking y mataban a algunos zombies que vagaban cerca del grupo, pero había menos de los que esperábamos. Llegábamos a una caravana grande y la puerta estaba atascada. Un señor del grupo no tuvo idea mejor que forcejar y aporrear la puerta haciendo que el ruido llamase la atención de los zombies de su interior, haciendo que la puerta se venciera, y cayendo todo el contenido de zombies y demás bolsas, desperdicios y objetos de la caravana encima del atónito señor y el expectante grupo que lo contemplaba. Perdida la esperanza en semejante grupo de inútiles, corrí a subirme al techo de la caravana, al girar mi cabeza a la izquierda veía que Michelle y yo habíamos tenido la misma idea, escondernos a esperar que pasara todo para conseguir sus armas y limpiar el lugar nosotras mismas.
Típica.